Alrededor de 1 de cada 6 personas no vacunadas afirma seguir experimentando problemas de salud relacionados con el Covid-19 hasta dos años después de la infección, según un estudio realizado en Suiza y publicado en “El BMJ”.
Los resultados muestran que el 17% de los asistentes no habia recuperado la salud normal y el 18% declaró síntomas relacionados con Covid-19, 24 meses después de la infección inicial.
La mayoría de las personas que defienden el Covid-19 se recuperan poco después de la fase inicial del confinamiento, pero otras experimentan problemas de salud persistenteses (conocidos como Covid persistente), que pueden afectar la calidad de vida y la capacidad laboral.
Los investigadores analizan los patrones de recuperación y persistencia de los síntomas a lo largo de dos años en adultos de la cohorte SARS-CoV-2 de Zúrich, un curso de personas con infección confirmada por SARS-CoV-2.
Sus fundamentos basan en 1.106 adultos no vacunados (edad media 50 años) con infección confirmada por SARS-CoV-2 entre el 6 de agosto de 2020 y el 19 de enero de 2021 y 628 adultos (edad media 65 años) seleccionados aleatoriamente de la población general que no habían tenido el virus.
Los participantes brindaron información sobre 23 posibles síntomas co-víricos prolongados seis, 12, 18 y 24 meses después de la infección. También se tuvieron en cuenta otros factores potencialmente influyentes, como la edad, el sexo, la educación, el empleo y los problemas de salud preexistentes.
En general, el 55% de los participantes declararon haber recuperado su estado de salud normal menos de un mes después de la infección, y el 18%, entre uno y tres meses. A los seis meses, el 23% de los participantes declaró que aún no había recuperado, porcentaje que se redujo al 19% a los 12 meses y al 17% a los 24 meses.
Las proporciones de personas que seguían experimentando síntomas que se creían que estaban relacionadas con el Covid-19 en los tres puntos temporales fueron similares pero ligeramente superiores, disminuyendo del 29 % a los seis meses, al 20 % a los 12 meses y al 18 % a los 24 meses
En comparación con las personas que no tenían infección, las que tenían Covid-19 presentaban un riesgo excesivo tanto de problemas písicos, como alteraciones del gusto o el olfato (9,8%), malestar tras el esfuerzo (9,4%) y dificultad para respirar (7,8%), como problemas de salud mental, como reducción de la concentración (8,3%) y ansiedad (4%) en el sexto mes.
Las personas que notifican síntomas en todos los seguimientos o que notifican un empeoramiento de los síntomas tienen más probabilidad de ser mayores y de tener problemas de salud preexistentes.
Los problemas de salud persistentes generan retornos significativos para las personas afectadas y su descarga para la salud de la población y los servicios sanitarios.
Se trata de hallazgos observacionales y los investigadores establecen varias limitaciones, entre ellos que centraron únicamente en el tipo salvaje de SARS-CoV-2 en una población no vacunada y basaron en autoinforme de salud, que pueden ser poco seguros.
No obstante, se tratará un estudio basado en una extensión poblacional con evaluaciones periódicas de una serie de resultados en salud, incluyendo resultados similares que afectarán al análisis posterior, donde se negará la credibilidad de las estimaciones.
“Los problemas de salud persisten desafíos significativos para los individuos afectados y suponen una carga importante para la salud de la población y los servicios sanitarios”, escriben los autores, y piden ensayos clínicos “establecer intervenciones eficaces que reduzcan la carga de la afección postcovídica-19”.
Comprender la trayectoria de la carga de síntomas y la recuperación tras un covid prolongado es crucial para la elaboración de políticas, las decisiones de tratamiento y la coordinación de la atención, afirmó un investigador del universidad de california del sur en una editorial vinculada.
El diseño de tratamientos futuros, ensayos clínicos e explosión políticas “dependerá de estudios sólidos basados en datos de alta calidad a nivel poblacional”, escribe.
“Además, en vista de la complejidad de las trayectorias de los síntomas y la carga de enfermedad única que experimenta cada paciente individual con covid largos, los pacientes deben participar más seriamente en el diseño y la realización de estos estudios en el futuro”.
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