Tribuna. Para combatir el cambio climático, Francia se ha fijado el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. En este contexto, la primera ministra, Élisabeth Borne, colocó recientemente el edificio entre los proyectos de máxima prioridad de descarbonización. El esfuerzo es considerable, el sector debe reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 53% para lograrlo.
La construcción baja en carbono es una gran palanca para mejorar la huella de carbono del país y hacerlo más resistente a los efectos del cambio climático. El uso de madera y otros materiales de origen biológico es la mejor manera de hacer realidad la transición ecológica en los territorios. Estamos convencidos de esto y es por eso que nosotros, funcionarios electos, arquitectos, desarrolladores, propietarios, desarrolladores, representantes de la sociedad civil, ya hemos construido las ciudades del mañana favoreciendo materiales que respondan a los desafíos climáticos.
Sin embargo, incluso cuando el estado aprobó nuevas regulaciones ambientales destinadas a descarbonizar el sector de la construcción (RE2020), la administración amenaza esta gran revolución ecológica con una decisión tajante sobre la seguridad contra incendios en los establecimientos abiertos al público, en el que está claro que se endurecerán las reglas que definen la construcción con madera y con base biológica.
Una mirada retrospectiva de 10 años
A modo de ejemplo, la orden prevé, en esencia, para la prohibición de la madera vista en los edificios, numerosas restricciones relativas a los métodos de construcción, criterios para descalificar el material madera en relación con otros materiales son todos puntos que representan un absurdo en términos de uso ¡así como un costo adicional financiero y ambiental significativo en un momento en que el gobierno mismo refuerza la sobriedad como un valor cardinal!
Aquí estamos diez años atrás, con el regreso del mito de la fragilidad de los materiales naturales… como si nuestros vecinos nórdicos, que construían edificios de más de diez plantas a base de materiales de origen biológico, estuvieran asumiendo riesgos dementes por sus ocupantes.
Sin embargo, este impulso de la construcción sostenible se pone en marcha. La villa olímpica y paralímpica de París 2024, construida sobre este modelo de promoción de fuentes biológicas, es un verdadero éxito y nos enorgullece. Pero, seamos claros, si estas nuevas normas contra incendios se transpusieran a la vivienda, este pueblo no habría podido ver la luz del día en su forma actual.
Revisar las normas contra incendios
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