diciembre 4, 2023

Finales ATP: Sinner llega a Djokovic

Sabé Jannik pecador que no ha ganado nada todavía. Ni en estas Finales ATP ni, en realidad, en su trayectoria. Es por eso que puedes leer para convertir en la próxima vez. A partir de ahí, su forma de celebración del parque marítimo de las Victorias, se limitó a un puño arriba y una media sonrisa a pesar de una Pala Alpitour en tarta por su parte. Se desató a su medida con los brazos en alto con el trío sobre una Novak Djokovic que vivo en mi habitación en esta época del año, con la séptima corona entre esto y esto. Uno de los mejores de su carrera nunca había estado en Serbia. Y lo hizo un gran trabajo, en tres horas y 9 minutos, en un partido exigente en físicas y, sobre todo, en mentalidad, donde el italiano dio un enorme salto de calidad.

  • Jannik pecador
  • 7

    6

    7

  • Novak Djokovic
  • 5

    7

    6

    A costumbrado el personal a las locuras y el explosivo crecimiento de Carlos Alcaraz, porque la trayectoria de Sinner, dos años después que la española, se quedó pequeña. Pero el italiano sabe que tiene lo necesario y escucha que tiende a aumentar más lentamente, pero también es poderoso.

    Tranquilo, trabajador que entiende que la perfección se logra día a día, siempre mesurado en sus palabras, autocrítico cuando está, consciente de lo mucho que falta por aprender hoy. Estos son los prototipos de los tenistas italianos, y no sólo por el aspecto o el estilo, sino también por el andar lento y pausado que supondrá una mejora con espacio y ambición controlada.

    En su libro de cabecera aparecen frases como “le gano o aprendo” o la confesión tras perder en Wimbledon: “Quizá todavía no estoy preparado para este tipo de partidos”. Palabras que te hicieron pensar en tu buen hacer en el tenis.

    Ésta es una lista de italianos que afrontarán costes que hoy, desde el punto de vista físico, no se pueden convertir. Se le hacen largos los partidos a cinco sets y ha naufragado inclusive queando tenía dos sets a favor. Pero en tres ocasiones formó un tenis implacable. Ante Djokovic dio una demostración asombrosa de cómo regresar a los negocios de Serbia con un modelo, paz, seguridad y buenas ideas bien ejecutadas.

    Ya se había enfrentado a Djokovic contra un explosivo Holger Rune, pero siempre supo dominar su impulso en este juego mental para el que es maestro, una vez que jugó a las raquetas como terapia, y el otro se volvió demasiado. Pero Sinner no es Rune y no se involucra en juegos mentales. El control del ritmo y de las emociones, sobre todo lo que sucede, le viene muy bien al serbio que no cae bajo el control del italiano. En todo caso, asumo que Djokovic está enojado porque ya lo contrataron para medirle la cabeza y agarrar el desmadejarlo.

    Alertó a Sinner en el octavo partido, pero Djokovic puso el arsenal a una distancia de 138 kilómetros por hora, mientras los medios habían tocado el balón a 127 durante todo el curso, para elegir la opción de rotación. También tienes tu opción del serbio en el próximo partido, pero al italiano no le tuve mano para hacer un ya impecable, que además venía cargado de recursos y recursos mentales para saber cuándo lo activa.

    Y ahí donde el serbio siempre se encuentra a gusto, dentro de los límites de los sets, donde los veinteañeros siempre se toman su tiempo, y ahí es donde corona toda la valentía del italiano. Opción de rotar en el partido indeciso que ni la derecha supersónica de Djokovic puede levantar. Es un favor de Sinner, pero es mucho más. Sus puntos son consecutivos a los que ya están en blanco para Djokovic. Esta es la confirmación de que estás en la lista para verificar el orden del tenis.

    Otras tres horas

    Más nervioso que de costumbre, el serbio al no encontrar la estrategia adecuada para abatir al italiano, lanzado a la ira en el segundo día, logró obtener una nota para atrapar a los jóvenes, quienes en este barro saben que Sinner no entra. También llamó a los chicos, con este llamado a atención médica con 4-3 para que masajeen y destensaran el hombro derecho. Y funcionó. Perdí un tie-break contra Rune, pero no perdió más Djokovic, que es el rey en este apartamento, sin haber enmarcado 13 principios de campo. Sólo un pequeño desajuste se centró en Sinner, en el palacio de Djokovic y en el propio Djokovic, que había estado en crisis con el público, en la forma de gestión energética.

    Pero no se hizo oír ante el italiano, que respondió en la misma situación a las jugadas rápidas y enfrentamientos del rival. De uno a uno, desarticuladas las amenazas del serbio con un temple que no se encuentra en el resto de su promoción, decidió hacerlo todo en otro tie-break. Y entre otras cosas, este es el Sinner no. Qué bueno, un restaurante profundo, un pasaje y una plaza volcánica y desierta, al más puro estilo Copa Davis, con Si-nner, Si-nner, el ídolo local de una de las mayores victorias de su carrera, después de tres derrotas ante el servio.

    Sin falta, Sinner ha desarrollado un potencial que sólo nos permite llegar al principio. Estos títulos, hoy no han llegado al Masters 1.000, hoy han conseguido las grandes victorias de los Grand Slams. Pero aquí va. Confirmeza, tenis exquisito y, sobre todo, un cordaje extraordinario. Le sucede a Djokovic en pleno apogeo, que juega la semifinal contra Hubert Hurkacz, que sustituye al lesionado Stefano Tsitsipas. Y lo mejor es que puedes encontrarlo.