febrero 17, 2025

Roland Garros 2024: Alcaraz: “Los guerreros lo dejan todo, y yo me considero un guerrero” | Tenis | Deportes

Roland Garros 2024: Alcaraz: “Los guerreros lo dejan todo, y yo me considero un guerrero” | Tenis | Deportes

Suena el traqueteo de los teclados, dedos humeantes, a toda máquina. Y por ahí se asoma Vincenzo Martucci, un veterano periodista —antes en La Gazzetta, ahora en Il Messagero— que se vuelve hacia los reporteros españoles y lamenta la desgracia de sus tenistas, que iban a comerse el mundo en este Roland Garros y finalmente se marchan de vacío: ni Jannik Sinner, ni Jasmine Paolini —lógico, por otra parte, teniendo en cuenta a quién se enfrentaba—, ni esta última en la modalidad de dobles. Agua las tres veces, así que el escritor felicita y resume el pasado, presente y, si nada raro ocurre, de sus colegas: “Antes Rafa, ahora Carlos. Los españoles estáis condenados a trabajar para siempre”.

Tras la escena, ya por la noche, irrumpe Carlos Alcaraz con una gigantesca sonrisa, departiendo por videoconferencia por el móvil y encabezando una comitiva de 15 personas entusiasmadas antes de su llegada a la sala de conferencias, donde los asistentes le reconocen y le aplauden. Ahí están los datos, que indican, por ejemplo, que su porcentaje de acierto en los grandes asciende a un 82,1%; esto es, por encima del de figuras como John McEnroe (81,46%), Andre Agassi (80,86%) o Andy Murray (78,13%). Así que disfruta Carlitos, de negro y pantalón corto; con muchas ganas de ir a celebrar con los suyos. A su lado, el trofeo que tantísimo quería y que ya tiene.

¿Qué lección extrae de este exitoso paso por París? “Que la fortaleza mental gana partidos. Que no hace falta jugar brillante, tu mejor tenis o estar en tu mejor versión para ganar”, introduce; “al final también se gana mucho de cabeza; si estás flojo mentalmente, puedes perder aunque hagas el mejor tenis de tu vida. Puedes avanzar rondas, pero llegado el momento, si no estás fuerte de cabeza, no lo logras. En el quinto set de la final, ya era hora de dejarlo todo, luchando hasta no poder más. Es lo que hace un guerrero, y yo me considero un guerrero”.

El murciano, que tiene la pretensión de regresar lo antes posible a Murcia para relajarse unos días y coger aliento de cara a lo que se avecina, la estación verde que también le condujo a la gloria el curso pasado, mantendrá la tradición. Así que en breve lucirá nuevo tatuaje. Primero se grabó en el tríceps la fecha de su explosión en Nueva York (2022), luego una fresa en un tobillo por Wimbledon y ahora, adelanta, tendrá la Torre Eiffel en el otro. “Ya le he dicho [a su madre] que solo lo voy a hacer por el primer título de cada Grand Slam. Tengo que encontrar tiempo, pero me haré otro seguro”, cuenta, reunido ya con el pelotón de españoles que logró hollar la cima de Roland Garros. De Santana a Nadal, de Arantxa a Muguruza. Y ahora él, Carlitos.

“Es un orgullo estar en la historia de nuestro deporte. Poner mi nombre ahí, el de un chaval de El Palmar, de Murcia, que va consiguiendo récords históricos. Es algo maravilloso. Algo que vamos a disfrutar y espero que no me lo quiten pronto”, adelantando que volverá aquí en julio con más hambre: “Pueden ser mis primeros Juegos Olímpicos, después de haber ganado mi primer Roland Garros. Va a ser un torneo muy especial para mí y tengo muchísimas ganas”.

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