Cuando no está jugando al tenis, Holger Rune está en su cama. Y según él, este es el secreto de su éxito. Tras su tercera ronda de Roland-Garros, el sábado 3 de junio, el joven danés, que acaba de cumplir 20 años, se confesó apasionado por las siestas. “Duermo mucho, me encanta dormir. Duermo como… no sé nueve a trece horas si puedo, eso es mucho si! Creo que esta es la mejor manera de recuperarse. Creo que es bueno para los músculos, que se relajan durante el sueño. Siempre que puedo dormir, aprovecho la oportunidad. Cuando me desperté, lo terminé. »
Lunes 5 de junio, cuando ingresó a la corte Suzanne-Lenglen en un momento en que los niños pequeños son enviados a la siesta, el 6 de junio.mi El mundo debe tener aún los ojos adormecidos, poco lúcidos en sus elecciones y entumecidos en sus movimientos. Pero en los octavos de final puso fin a la fea pesadilla, saliendo al hilo de un partido trampa ambientado en cinco sets por Francisco Cerundolo (7-6, 3-6, 6-4, 1-6, 7 – 6).
Infeliz finalista ante el francés Arthur Fils (3-6, 5-7) en Lyon, el 27 de mayo, en vísperas del lanzamiento del Abierto de Francia, el argentino de 24 años ya había causado una fuerte impresión la semana anterior en el Masters 1000 de Roma, cuartofinalista (derrota ante Casper Ruud), tras haberle ofrecido la cabellera al italiano Jannik Sinner (8mi mundo) en la ronda anterior. Con victorias sobre tres integrantes del Top 10 en las últimas semanas, el hombre del saco sudamericano se encuentra ahora en el puesto 23mi rank, el mejor ranking de su carrera.
Muslos para hacer un baobab verde
Al descubrir a este terrícola puro que, a diferencia de muchos de sus compatriotas, está más centrado en el frente que acampado detrás de su línea de fondo, el turbulento pupilo de Patrick Mouratoglou está bastante conmocionado. Después de un primer set dolorosamente ganado en el juego decisivo, el danés se frustró, se quedó corto y dejó el segundo acto a su oponente, que había vencido al estadounidense Taylor Fritz en la ronda anterior.
El tercer acto saca a los 10.000 espectadores del sopor estival, gracias a una polémica dirigida tanto al juez de silla como a Rune, cuyo fair play no es de primera calidad en el vestuario. Con el 2-1 a favor del danés, empatado al saque de Cerundolo, el argentino pega un derechazo largo. El balón parece doblarse, pero Rune lo vuelve a poner en juego mientras el argentino celebra el punto, que cree adquirido antes del saque de banda. El juez de silla, Kader Nouni, finalmente otorga el punto a Rune.
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