Todavía es un poco pronto para hablar de resurrección, pero esta victoria es sin duda una pequeña muestra del paraíso después de un descenso a los infiernos. Lucas Pouille, hasta 670mi del mundo, consiguió su billete para el gran cuadro de Roland-Garros, tras su victoria, el jueves 25 de mayo, a las 3mi ronda de clasificación a expensas de Jurij Rodionov (1-6, 7-5, 6-0). En la pista 14, el recinto semienterrado detrás de Suzanne-Lenglen, donde ha fijado su residencia desde el primero de sus tres partidos de clasificación, el francés de 29 años derribó 134mi en todo el mundo en un ambiente digno de las mejores horas de la Copa Davis.
Cayó en el olvido del ranking mundial tras meses de lesiones, dudas y depresión, el ex 10mi mundo casi detuvo el tenis para siempre en el otoño de 2022. “Empecé a tener un lado más oscuro y a entrar en una depresión que me llevó, después de Roland, dormir una hora cada noche y beber solo, ¿Se derramó por mucho tiempo? dentro El equipo, en marzo. (…) Me estaba hundiendo en algo espeluznante. Me levanté con los ojos desorbitados. (…) Estaba en una fase de venta. Y tomé la decisión de decir alto. Por mi cordura, tenía que parar. »
A Bercy, a principios de noviembre de 2022, viene a animar a su amigo Gilles Simon, que juega su último torneo antes de retirarse. Los periodistas le pasan el micrófono, evocan los Juegos Olímpicos de París 2024, dan que nunca ha probado. “Esto funciona para mi. Y cuando me fui de Bercy, le dije a mi esposa: “Voy a volver al tenis”. »
” Ha pasado tanto tiempo desde que experimenté esto…”
Invitado por los organizadores de Roland-Garros para competir en las clasificatorias, el norteño honró su preciado sésamo. Tras deshacerse, el lunes 22 de mayo, del checo Tomas Machac, n° 127 de la ATP (7-5, 6-3), luego, el miércoles 24 de mayo, del joven taiwanés Tseng Chun-hsin, de 21 años. (215mi5-7, 6-3, 6-0), superó el último escollo con una valiente victoria sobre el austriaco de origen bielorruso Jurij Rodionov.
Afiebrado en el primer set e impotente ante el zurdo preciso y agresivo, Pouille fue tomado prestado en sus colocaciones, demasiado codicioso en el poder, cometiendo errores regularmente. “Vamos, aquí despertamos, Lucas”, lanza un atrevido espectador. “Vamos, ahí hay sitio”, agrega otro. Picado en su orgullo, el francés arenga al público con el puño cerrado, que no hace falta pedir para amplificar la “Lucas”. Revitalizado, el norteño se sobresaltó. Toma el servicio de Rodionov en 6-5 para recuperar un set en todas partes. A partir de ahí, solo hay un jugador en pista, el francés inflige un 6-0 al austriaco para rematar.
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